Una superluna, una luna azul y un eclipse total de luna serán la conjunción de tres sucesos astronómicos que se darán hoy. Este evento es visible en Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda y el este de Asia desde las 8.30 (hora argentina).
Si es que las condiciones atmosféricas acompañan, los interesados podrán ver cómo la luna se tiñe de color rojizo sin necesidad de usar protección para la vista, como en el caso de los eclipses solares.
Los eclipses lunares, a diferencia de los soleres, ocurren cuando la Tierra se encuentra entre el Sol y su satélite. Es visible desde cualquier lugar del mundo, siempre y cuando la Luna esté sobre el horizonte en el momento del fenómeno.
Durante el período de totalidad, la Luna entera se encuentra dentro del cono de sombra aunque no desaparece de vista, sino que adquiere una tonalidad cobriza, razón por la que es bautizada como “luna de sangre”. Esto ocurre porque la Luna refleja la luz roja del Sol refractada por la atmósfera terrestre, que solo filtra los componentes azules.
Según datos de la Nasa, en 2018 se producirán dos eclipses totales de Luna, el de hoy y otro el 27 de julio.
El eclipse coincidirá con una “superluna”, que es cuando el satélite terrestre se encuentra en su punto más cercano a la Tierra. En sus extremos orbitales, la Luna llena puede verse hasta un 14% más grande y un 30% más brillante.
El tercer fenómeno simultáneo se tratará de la segunda luna llena del mes (lo que en inglés llaman la “luna azul”) aunque no tenga nada que ver con este color.
Originalmente, el término (“blue moon”) se derivó de la expresión del inglés antiguo “belewe”, que significaría “traidor”, ya que no cumple con la habitual rutina de una luna llena por mes. Además, algunos autores apuntan a que la denominación nace porque en época primaveral implicaba extender el ayuno de la cuaresma.
En Sudamérica, gran parte de Europa occidental y África podrá apreciarse muy poco.