Tres personas murieron, al menos una de ellas degollada, y varias resultaron heridas hoy en un ataque con cuchillo en una iglesia en pleno corazón de Niza, en el sureste de Francia, otra vez sacudida por el extremismo tras la decapitación de un profesor a manos de un islamista hace dos semanas.
La fiscalía antiterrorista francesa abrió una investigación tras el ataque por “asesinato e intento de asesinato vinculado a una empresa terrorista” y “conspiración criminal terrorista”.
El ataque se produjo hacia las 9 cerca de la basílica Notre-Dame, en pleno corazón de esta ciudad de la Riviera Francesa de poco más de 500.000 habitantes, que hace cuatro años fue blanco de un ataque yihadista que dejó 86 víctimas.
Dos de las víctimas son un hombre y una mujer que fueron asesinados dentro de la basílica.
La tercera víctima, gravemente herida, logró huir a un bar vecino, pero murió poco después, indicaron a la AFP fuentes policiales.
El ataque llega menos de dos semanas después del asesinato por decapitación del profesor Samuel Paty en Conflans-Sainte-Honorine, una pequeña localidad de 35.000 habitantes ubicada a 50 km de París, por haber mostrado en clase caricaturas del profeta Mahoma.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, anunció en Twitter una “reunión de crisis” en la que participará el presidente Emmanuel Macron antes de viajar a Niza por la tarde.
Un gran número de policías y socorristas estaban presentes cerca de la iglesia.
“La situación está bajo control”, indicó un agente. Toda la zona estaba acordonada.
El atacante, que resultó herido durante la intervención de la policía, fue transportado al hospital, señaló una fuente policial.
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, que se dirigió de inmediato al lugar del ataque, dijo que Francia debe actuar para “eliminar el islamofascismo” y pidió que todas las iglesias de la ciudad sean puestas bajo vigilancia policial o cerradas.
“Ya es suficiente”, añadió.
Según dijo Estrosi, el atacante gritó varias veces “Alá Akbar” (Alá es el más grande).
La Conferencia de Obispos de Francia (CEF) describió como “incalificable” el ataque y dijo que “los cristianos no deben convertirse en un símbolo a destruir”.
“Sólo puedo condenar enérgicamente la cobardía de este acto contra personas inocentes”, dijo Abdallah Zekri, delegado general del Consejo Francés de la Fe Musulmana (CFCM), a la AFP en una declaración transmitida después del ataque.
Los diputados franceses, que debatían el nuevo confinamiento nacional decidido la víspera y que entrará en vigor este jueves a medianoche, observaron un minuto de silencio tras enterarse de lo sucedido.
El primer ministro, Jean Castex, que estaba presente en la Asamblea Nacional, abandonó el hemiciclo inmediatamente después.
Niza fue blanco el 14 de julio de 2016 de un ataque que dejó 86 muertos en el que un hombre arremetió deliberadamente un camión hacia una multitud que estaba celebrando el Día de la Bastilla, la Fiesta Nacional francesa.
Francia es blanco de atentados terroristas de alto impacto desde 2015, cuando un ataque yihadista el 7 de enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo dejó 12 muertos.