Estados Unidos registró ayer un récord de 67.417 casos del nuevo coronavirus, en medio de un gran repunte de contagios que ha obligado a estados y localidades a reimponer restricciones pese al rechazo del presidente Donald Trump, que sigue defendiendo su criticada gestión de la crisis.
Los 67.417 contagios de coronavirus de ayer elevan el total a más de 3,43 millones en Estados Unidos, que es por lejos el país más afectado por la pandemia, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins.
En las últimas 24 horas se registraron otras 900 muertes por el nuevo virus, con lo que el acumulado llegó a por lo menos 136.466, de acuerdo a la universidad de Estados Unidos, que actualiza sus datos con los reportes oficiales de cada estado.
El repunte de casos en Estados Unidos es el mayor en dos meses y empezó luego de que los estados levantaran restricciones y relanzaron actividades por exigencia de Trump, que ansía una recuperación económica antes de los comicios de noviembre.
Entre los estados más afectados se incluyen los tres más poblados del país: Florida, que se ha convertido en nuevo epicentro del brote nacional, Texas y California, además de Arizona.
Más de una veintena de estados han echado el freno o dado marcha atrás con sus reaperturas para intentar frenar la propagación del virus, que ha dejado los sistemas sanitarios de Florida, Texas y Arizona cerca del colapso.
Esta semana, en California, el estado más populoso del país y una de las mayores economías del mundo, las autoridades volvieron a ordenar el cierre de bares, del salón de los restaurantes y de una gran variedad de negocios no esenciales.
En las últimas 24 horas se registraron otras 900 muertes
En Texas, el alcalde de Houston, el demócrata Sylvester Turner, propuso un nuevo confinamiento al gobernador republicano y aliado de Trump, Greg Abbott, quien planteó la posibilidad de reimponer restricciones, tras ordenar el uso obligatorio de tapabocas en algunas zonas del estado.
Pese al imparable aumento de casos, Trump continuó con lo que muchos de sus críticos han calificado de “estado de negación”, al volver a defender su manejo de la situación.
“Construimos la mejor economía de la historia (…) La plaga vino de China e hicimos lo correcto. Tuvimos que cerrarnos y ahora nos estamos reabriendo”, dijo anoche el mandatario republicano, que la semana pasada empezó a exigir a las escuelas que reabran en septiembre.
Sin embargo, las autoridades de Los Ángeles y San Diego -dos ciudades de California cuyas comunidades escolares son de las más grandes del país- ya advirtieron esta semana que las clases continuarán siendo a distancia desde septiembre, cuando arranca el ciclo lectivo en el país.
Otros estados, sindicatos docentes y asociaciones de padres de alumnos también se han opuesto a la idea de que los chicos regresen a las aulas en momentos en que el coronavirus arrecia.
Sin embargo, en Florida, que ayer registró un nuevo récord diario de muertes con 132 decesos en la jornada previa, el gobernador Ron DeSantis continúa la reapertura de actividades, tras ordenar la reanudación de clases presenciales en septiembre.
La situación es alarmante en Florida, con un total de 291.629 infectados.
Para DeSantis, el incremento de contagios se explica por el aumento de pruebas realizadas.
En cambio, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, el doctor Anthony Fauci, adjudicó este pico a las reaperturas prematuras.
“No cerramos del todo y por eso después de subir, empezamos a bajar pero nos estabilizamos a un nivel muy alto, de unas 20.000 infecciones por día”, explicó Fauci, citado por CNN.
“Entonces, cuando comenzamos a reabrir, fueron surgiendo las oleadas que vemos hoy en California, Arizona, Texas, Florida y otros estados”, agregó.
Fuente: Télam