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Llegar a casa con el corazón lleno, sintiéndome ajena a los asuntos de la vida cotidiana por un rato, invadida por la sensación que sólo la música puede generar en el alma. Eso sentí esta madrugada, después de terminar de ver a Abel Pintos en un show difícil de describir con palabras, que sólo el que estuvo ahí y tuvo la fortuna de ser testigo, puede comprender. Y yo tuve esa maravillosa fortuna, fui testigo durante mas de dos horas y casi treinta canciones, de la entrega absoluta de una persona al arte y a la música, y de la devolución de un público vibrando, cantando, sintiendo, disfrutando, llorando, riendo, bailando, siendo feliz y agradeciendo cada momento de esa entrega.
Sus mejores canciones, la voz impecable, pero lo más importante, las ganas de un artista de mezclarse y brindarse completo a la misma felicidad que está generando con su arte.
Anoche en Alta Gracia fui a una fiesta, a la que asistieron miles y miles de personas, anoche fui a una fiesta en donde también estuvo Abel.”
Guadalupe, enviada especial de Alta Gracia Viva