La gripe es una enfermedad respiratoria, causada por un virus, que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año. Se transmite de una persona a otra, fundamentalmente por las gotitas que se emanan al toser, estornudar o hablar.
Es importante aclarar que la “gripe” es solo producida por el virus influenza y no es cualquier enfermedad con fiebre y síntomas de resfriado. Hay otros virus o bacterias que producen síntomas respiratorios, pero no son gripe por influenza. No obstante, los síntomas más comunes de la gripe son fiebre alta (38 grados o más), dolor de cabeza, decaimiento general, tos, dolor de garganta, congestión nasal y dolor muscular. En el caso de los niños y niñas, también pueden aparecer náuseas, vómitos, diarrea, y en bebés, rechazo al alimento. Ante estos síntomas, es importante no automedicarse (sobre todo, no tomar antibióticos no prescriptos por un profesional, ya que no tendrán efecto), y consultar a un centro de salud.
Asimismo, es importante conocer que existen distintos tipos de virus de la gripe: tipo A y B; que a su vez tienen distintas sub-tipificaciones. En lo que respecta al tipo A, las que suelen circular en los últimos años son la H3N2 y la H1N1. Esta última fue la que generó, en 2009, la pandemia de gripe o influenza a nivel mundial. Pero a partir de allí, ha circulado todos los años, sin que haya vuelto a generar una situación similar. Cabe señalar además que las tres cepas: A H1N1, A H3N2 y B (Victoria) están incluidas en la formulación de la vacuna antigripal que se coloca en forma gratuita a las personas comprendidas en los grupos de riesgo, que están constituidos por:
Mujeres embarazadas, en cualquier momento de la gestación. En caso de no haberla recibido durante el embarazo, se recomienda vacunar durante el puerperio hasta el egreso de la maternidad y con un plazo máximo de 10 días.
Niños y niñas de entre 6 meses y dos años. Deben recibir dos dosis, con un intervalo de al menos 4 semanas entre cada una.
Adultos a partir de los 65 años.
Personas de 2 a 64 años de edad, que presenten ciertas condiciones en su salud consideradas de riesgo: enfermedades respiratorias y/o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, obesidad, diabetes, pacientes oncohematológicos y trasplantados y/o con insuficiencia renal crónica en diálisis, etc. Una dosis anual presentando orden médica, que indique la patología de base.
Equipo de salud y personal esencial.
¿Por qué sólo se vacuna a esos grupos?
Teniendo en cuenta los criterios de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, la secretaría de Salud de la Nación define la población objetivo, constituida por aquellos grupos que manifestaron mayor riesgo de complicaciones graves y muerte frente a enfermedad de influenza. Para el resto de la población, se realizan acciones de sensibilización para la adopción de medidas preventivas.
¿Puede la vacuna causar gripe?
No. Como cualquier otra vacuna, puede provocar algún efecto adverso, pero no enfermar. La vacuna contiene virus de la gripe muerto y no puede causar la enfermedad. Menos del 1% de las personas vacunadas desarrollan síntomas gripales, como fiebre leve y dolores musculares, después de la vacunación. Estos efectos secundarios no son los mismos que causa la enfermedad real. La inmunidad protectora se desarrolla 1 a 2 semanas después de la vacunación.
Por otra parte, siempre es posible que una persona recientemente vacunada pueda haber estado expuesta al virus antes de que sus anticuerpos se formen y, por consiguiente, desarrollar la enfermedad. Esto puede dar lugar a que alguien crea erróneamente que eso fue a causa de la vacunación.
¿Estoy a tiempo de vacunarme, si ya está avanzado el invierno?
Sí, es oportuno vacunarse durante todo el tiempo en el que circule el virus; y la vacuna continúa estando disponible en todos los vacunatorios de la provincia, tanto en dosis pediátricas como para adultos.
¿Si estoy embarazada, conviene que me vacune?
Sí. De hecho, la vacunación está recomendada para mujeres que estarán embarazadas durante la temporada de gripe.
Se considera que esta población es especialmente vulnerable a las infecciones por gripe según se desprende de los datos sobre morbilidad y mortalidad en Argentina y en el resto del mundo. Las personas embarazadas tienen mayor riesgo de enfermedad grave, hospitalizaciones y muerte por influenza y mayor riesgo de muerte fetal, perinatal, parto prematuro y retardo de crecimiento del bebe.
Por otra parte, la vacunación en el embarazo proporciona protección al bebé recién nacido a través del pasaje de anticuerpos por la placenta. La vacuna antigripal es una vacuna segura tanto para la madre como para el bebé.
Además de la vacuna antigripal, es fundamental recibir la vacuna triple bacteriana acelular, a partir de la semana 20 de gestación, que es la que confiere inmunidad contra tos convulsa al bebé al nacer hasta los seis meses, momento en que comenzará a recibir otras vacunas del calendario contra la misma enfermedad.
¿Hay otras medidas para prevenir la gripe, además de la vacunación antigripal?
Sí, en la prevención de la gripe, como en muchas enfermedades infecciosas, son medidas fundamentales los siguientes hábitos y medidas:
–Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.
–Cubrirse la boca o la nariz al toser o estornudar, con pañuelos de papel y si no se tienen, cubrirse con el pliegue del codo. No se recomienda cubrir la boca con las manos al estornudar o toser, ya que se favorece la transmisión del virus.
–Enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y hogar.
–Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados.
–Mantener limpios picaportes y objetos de uso común.
También es importante que quienes estén cursando un cuadro respiratorio permanezca en su domicilio hasta su recuperación para evitar transmitirla a otras personas