Creer. El desafío de superarse siempre. Así se titular el libro que presentó hace pocos días Diego Pablo Simeone, cuyo evento lo realizó en Buenos Aires. Allí no quiso referirse al tema Selección, pero sí lo hizo en las hojas de su trabajo. “Por supuesto que pienso en la posibilidad de poder ser el entrenador de la Selección Argentina algún día. Sería injusto conmigo si no lo reconociera. Pero también lo imagino como algo que sería mejor que suceda en un momento diferente al que vivo hoy. Para mí, se trata de un lugar al que hay que llegar con una gran tranquilidad y un gran equilibrio emocional. Si me preguntan cómo quisiera llegar a tener esa responsabilidad, diría que me gustaría que se diera naturalmente, sin ansiedad ni urgencias”, dice.
“Es evidente que para mí es algo serio, para lo que me preparé toda la vida y me voy a seguir preparando. Es un objetivo que tengo: prepararme para poder estar en el momento en que pueda ser más útil. Tiene que ser un encuentro y no una situación forzada”, sigue, en uno de sus relatos. Y completa: “Sé que hoy no es el momento y que también que después no hay mucho. Por eso no me interesa llegar rápido. Ni rápido a la final: en el momento justo. Primero hay que pasar por varias etapas y yo estoy en esa situación, acumulando experiencia”.
También habló de su pasado como jugador: “Llegaba y veía la camiseta de la Selección Argentina en el vestuario y sentía algo imposible de explicar. Sentía que el cuerpo se preparaba para otra cosa. Ahí viví momentos buenos y no tan buenos con mucha intensidad. Formé parte de una generación de jugadores extraordinarios pero no pudimos alcanzar la Copa del Mundo, aunque creo que haber ganado en dos oportunidades la Copa América hizo que dejáramos un buen recuerdo. Los que jugamos en aquellos años todavía sentimos el cariño y el respeto de los hinchas”.