El bypass coronario, la técnica con la que René Favaloro revolucionó la cirugía cardiovascular y ayudó a salvar millones de vidas en el mundo, cumple 50 años y, según especialistas, el invento del médico argentino sigue vigente para las operaciones de corazón por su efectividad en el mejoramiento de la vida de los pacientes.
“Muchas veces tuve que hacer mi relato en primera persona, ya que participé activamente con nuevas ideas en el desarrollo de la cirugía coronaria. No hacerlo, hubiera sido un exceso de modestia. Pero debe quedar en claro que para mí lo individual no cuenta.
Es tiempo de entender que el yo ha sido reemplazado por el nosotros”, reflexionaba Favaloro en su libro “De La Pampa a los Estados Unidos”.
El 9 de mayo de 1967, una mujer de 51 años se convirtió en la primera persona de la historia en ser sometida a una operación programada de bypass aortocoronario en la Cleveland Clinic, en Estados Unidos, en un cirugía que encabezó el médico argentino René Favaloro y que revolucionó la cardiología mundial.
Tras ser médico rural por más de una década, Favaloro decidió viajar a Estados Unidos a pesar de contar con pocos recursos y casi no hablar inglés para poder realizar una especialización y así poder hacer una mayor contribución a la sociedad.
Una vez en Cleveland, Favaloro pasó muchas horas revisando cinecoronarioangiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco en el laboratorio del Dr. Sones, el padre de la arteriografía coronaria, que tenía la colección más importante de cineangiografías de los Estados Unidos.
Allí comenzó a hacer sus primeros acercamientos a la técnica, que recién para 1970 se estandarizaría como bypass y sería publicada con sus especificidades en revistas especializadas de los Estados Unidos y explicada en profundidad en su libro de 1970 el “Tratamiento Quirúrgico de la Arteriosclerosis Coronaria”.
Antes del bypass, los cardiólogos recurrían a una técnica que conectaba la arteria aorta y el músculo cardíaco utilizando la vena safena, sin embargo Favaloro decidió unir la vena safena con el extremo más distante de la arteria coronaria obstruida “saltando” el bloqueo y obtuvo un éxito con esa nueva técnica que luego diversos estudios científicos demostraron que es efectiva.
“El bypass es uno de los grandes hitos en los tratamientos de la enfermedad coronaria”, aseguró a Télam el director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, Oscar Mendiz, y destacó que “tiene mucho de arte esta técnica”.
En la misma línea se manifestó el presidente del Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares, Fernando Cichero, que aseguró que “Favaloro entendió el problema y revolucionó” las operaciones cardiovasculares porque “antes del bypass no había otra cosa, con un infarto te daban un mes de cama, era una debacle, la mitad de los infartos moría”.
“Es una maravilla, descubrieron una técnica sino que inventaron la operación cardiovascular”, agregó Cichero.
A partir de este trabajo fundamental en su carrera, el prestigio de Favaloro trascendió los límites de Estados Unidos ya que el procedimiento cambió radicalmente el tratamiento de la enfermedad coronaria y permitió salvar millones de vidas en todo el mundo hasta hoy en día, ya que se calcula que sólo en los Estados Unidos se realizan unos 700.000 bypasses por año.
“Sigue muy vigente pero por supuesto que con modificaciones”, expresó Mendiz y explicó que en la actualidad se utiliza la arteria torácica interna, llamada mamaria interna, antes la vena safena, ya que “la vena dura 15 años mientras que la mamaria toda la vida”.
“Cambiaron la manera de tratar a los pacientes coronarios, modificó el estatus de vida de los pacientes y les estiró la vida”, aseveró Cichero y concluyó: “Después de 50 años sigue siendo efectiva, es extraordinariamente buena”.
Como destacan desde la Fundación Favaloro, su aporte no fue casual sino el resultado de conocimientos profundos de su especialidad, de horas investigación y de intensa labor.
Por sobre todo, Favaloro decía que su contribución no era personal sino el resultado de un equipo de trabajo que tenía como primer objetivo el bienestar del paciente.